PALABRAS MÁGICAS vs PALABROTAS
¡Hola a tod@s!
Otra semana más he hablado en la radio en el programa «A Contracorriente» que conduce la periodista, Patricia Martí. Es un espacio en el que se habla de educación, trucos, consejos,… y hablar de aquellas situaciones en las que finalmente, nos vemos todos.
(Cuando suban la grabación, actualizaré el post y os lo dejo aquí)
Esta semana tocaba hablar de ¡palabrotas! Es un tema en el que nos hemos familias y educadores, porque al fin y al cabo, están por ahí, «in the air» y los niños siempre tan avispados, ¡las cazan al vuelo!
Patricia empezaba preguntándome una gran pregunta…
¿Cuándo surgen?
No es una respuesta sencilla de contestar, porque no es fácil encasillar esa etapa. Sí podemos decir que las palabrotas surgen o pueden surgir, cuando el niño tiene un mayor dominio del lenguaje y cuando explora los límites de éste. Es bien sabido que los niños y niñas están en constante evolución y tanteo de sus límites y el lenguaje no iba a ser menos.
Hay expertos que dicen que pueden surgir también de la imitación de una figura a la que tienen admiración, esta figura podrá ser de un igual o de un adulto, incluso de un personaje de la televisión.
Puede haber una franja en la que las repitan porque la han escuchado pero tampoco sean muy conscientes de su significado, o nos hagan preguntas comprometidas como hace la pequeña Luna. Os dejo una imagen del libro ilustrado «Súper Niña» de Cristina Oleby, en la que ensalza los grandes poderes de los Súper Niños.
¿Qué hubieseis contestado a Luna? Yo no hubiese podido dar una respuesta convincente jajaja
También se puede dar la ocasión que frases sencillas que no tienen maldad, según cómo las expreses pueden sonar de forma negativa, aún no siendo ese su objetivo.
Por ejemplo:
-Nacho esta tarde no vamos a poder ir al parque:
-“¡¡Qué me importa!!”
-¿Te enfada no poder ir al parque?
-No, no pasa nada, ya iremos otro día.
Obviamente la forma de decir que «no pasa nada» no ha sido la más acertada, “¡¡Qué me importa!!”, más bien parece que intente ser tajante y esté enfadado, pero si preguntamos, realmente no lo está. Son situaciones que se dan en ocasiones con los niños cuando aún no dominan el lenguaje, lo que debemos hacer es dar otras opciones y explicarles la diferencia de la contestación.
-“No pasa nada” “Vale, otro día iremos» «No hay problema, no me molesta” – Podrían ser otras opciones.
Para ello es muy bueno leer con los peques, cuentos, historias, libros ilustrados. La literatura infantil es rica y les amplía el vocabulario, las expresiones y por lo tanto, les da más riqueza y opciones a la hora de comunicarse.
Es importante que si tenemos claro que no queremos que digan palabrotas, deberemos ser consecuentes y no reír la gracia. Creo que como en todo hay que darle la importancia justa, sobre todo al principio cuando incluso, en ocasiones, lanzan «el taco» casi para ver la reacción. Tanto tomárselo completamente a risa, como increpar al pequeño de forma negativa, serían perjudiciales, con las dos, está consiguiendo llamar la atención. Una sencilla explicación, en la que comuniquemos que hay ciertas palabras que pueden ser ofensivas, sería suficiente.
En muchos casos el «problema» podría persistir. Hay muchos contextos en los que se mueve el niño y no dominamos, así que si vemos que está cogiendo el vicio de decirlas podríamos trabajar el tema de forma más consciente y puntual.
Si es capaz de utilizar las palabrotas en el contexto correcto, quiere decir que tiene cierto domino del idioma, por lo menos, para trabajar este tema. Así podríamos trabajar el alcance negativo de algunas expresiones o palabras.
Otra pregunta muy acertada que surgía es…
¿Qué pasa cuando son terceras personas quien las dicen? ¿Cómo gestionar esa situación?
Es verdad que en ocasiones nos vemos que coincidimos en una comida, en una excursión, incluso en unas vacaciones, con amigos o familiares entre los cuales hay alguno que tiene palabrotas integradas en su forma de hablar. Cuando como familia te planteas que no quieres que tus hijos las digan, eso puede convertirse en una situación un poco impredecible 🙂
Yo entiendo que no podemos decirle a personas adultas cómo deben hablar o comportase, pero ¡¡sí podemos invitarles a jugar o plantearles un reto!!
Yo me he encontrado en esa situación, en ocasiones, si es un ratito, pues tampoco pasa nada, pero cuando me he ido de vacaciones y me he visto en estas, hay una forma divertida de dar la vuelta a la tortilla.
¡Juguemos al juego del euro!
Lo primero que deberíamos es consensuar, si nos quieren ayudar a trabajar de forma conjunta a eliminar las palabrotas, puesto que vamos a pasar «X» tiempo juntos. No se puede a nadie imponer eso, pero sí podemos pedirlo de buenas formas.
Lo segundo que lo vamos a hacer como un juego. A nosotros nos funciona muy bien ¡El juego del €!
Es tan sencillo como el que diga una palabrota, echa un euro en un bote, al final de la estancia, las vacaciones, el fin de semana,… ese bote se destina a comprar una merendola o algo divertido para hacer juntos. Ahí está el secreto del juego, el beneficio es para todos.
Y os diré una cosa, con este juego, se trabaja de forma consciente el hecho de decir esas palabras y los NIÑOS, ¡SON AUTÉNTICOS ESPECIALISTAS! ¡NO SE LES ESCAPA UNA! Y QUIEN LA DICE, ¡LA PAGA! jajaja
Otro juego: El de las palabras mágicas vs las palabrotas
Si queremos trabajarlo con ellos, porque ellos hayan cogido el vicio de decir alguna palabrota, podemos hacer un sencillo juego en el que potenciar las PALABRITAS para desterrar las PALABROTAS.
¿Qué son las palabritas? LAS PALABRAS MÁGICAS QUE ABREN MUCHAS PUERTAS
Por ejemplo: por favor, gracias, disculpa….
¿Qué son las palabrotas? LAS QUE NOS COMPLICAN AÚN MÁS LA SITUACIÓN, POR SU FALTA DE CORTESÍA.
Mejor no dar ejemplos…
Una vez hacemos ver a los niños la diferencia entre estas dos palabras podemos hacer el juego en dos versiones:
- Dos termómetros: en el primer termómetro pintaremos una raya cada vez que usen una palabrita y en el segundo, una cada vez que digan una palabrota, debajo podemos poner un emoticono para distinguirlo.
- Otra opción: Solo un termómetro – decir una palabrita nos suma una raya, pero decir una palabrota, nos resta ¡¡DOS!!
Y es que los actos negativos siempre tienen mayor repercusión que los positivos, es triste pero es así, como digamos una palabrota en medio de una comida familiar, se recordará más que si pedimos una cosa por favor y luego damos las gracias.
Así que nunca debemos bajar la guardia.
Os lo dejo en pdf por si lo queréis imprimir
Si queremos «premiar» de alguna forma este esfuerzo por cambiar, podemos ofrecer de recompensa un libro o un cuento, en él encontrará nuevas palabras que seguir utilizando y con las que ampliar su registro. Sé que a día de hoy no se llevan los premios, pero es una sugerencia por si alguien los usa, porque además no olvidemos, que es un elemento muy motivador para algunos niños y niñas.
Recordemos: El juego en sí, es una cosa muy simple, pero lo importante y NECESARIO ES TRABAJARLO DE FORMA CONSCIENTE.
Finalizamos con LAS REGLAS DE ORO. Un resumen de los puntos clave.
LAS REGLAS DE ORO
- DAR EJEMPLO.
- NO REÍR LA GRACIA.
- EXPLICAR LA SITUACIÓN, LAS CONSECUENCIAS Y EL ALCANCE DE LAS PALABRAS.
- TRABAJARLO DE FORMA CONSCIENTE.
- OFRECER UNA ALTERNATIVA.
- ENRIQUECER EL VOCABULARIO, LA LITERATURA INFANTIL ES MUY BUENA PARA ESO.
Como veis trabajándolo a través de juego siempre es más llevadero y esta vez tenemos juegos para los mayores y para los pequeños.
Espero que os haya gustado y…
… que las palabras mágicas inunden nuestro vocabulario para esparcir amabilidad allá donde vayamos.
¡Un abrazo y feliz día a todos!
🙂 Ana 🙂